jueves, 13 de octubre de 2016

Trevenque humeante II



               Preludio de lo que horas después se convertiría en una fina lluvia, el pico más representativo de la baja montaña nevadense es abrazado por un intensa niebla, que parece querer impedirnos su ascenso. Nada más lejos de la realidad y una vez despejado casi en su totalidad, nos permite contemplar en sus picos aledaños (Picacho Alto o Trevenquillo) un grandioso mar de nubes que será objeto de una próxima entrada. Aunque sólo sean unas pocas horas de disfrute de campo, merece la pena sólo por contemplar este tipo de escenas, que me reafirman en la teoría de que "el mal tiempo" es buen tiempo para los fotógrafos.
Saludos a todos.



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